domingo, 3 de enero de 2010

Yo y mi mundo irreal o los elefantes blancos


Cuando uno desea una cosa indeseable. Se queda pensando en ella por mucho tiempo. Y te hace entrar en el mundo irreal. Hoy leía un libro de Jon Elster, que habla sobre el tema y pone el ejemplo de un niño que le subes en una alfombra le dices que en ella podría ir a donde el quiere si no piensa en un elefante blanco. Y el niño no puede dejar de pensar en el elefante, pero eso no solo le pasa al niño. Nos pasa todos los días.

Hace unos días tomé la decisión de acabar con la pseudorelación con Daniel. Es cierto que suceden cosas interesantes, pero mi imaginación va mucho más allá y creo que le empecé a resultar pesado. Así que decidí dejar de pensar en él. Como se explica arriba no pude dejar de pensar en él, al negarlo. Creo que eso creció (cabe resaltar que desde que tomé esa decisión no hemos hablado). Hoy el mejor amigo de Daniel (que es muy pesado y ridículo) empezó a hablarme por messenger, yo le respondía sin mucho interés. Pero el insistía en hablar por más que era cortante el buscaba temas nuevos para no cerrar la conversación. Hasta que llegó al que quería. Hablaba de Daniel contándome lo bien que se llevan, como hablan mucho se cuentan todo. Incluso algunas cosas secretas que yo le conté a Daniel. Yo seguía sin hacerle mucho caso, hasta que me dijo sabes con el ya no somos buenos amigos. Y se desconectó. En su nombre estaba un "I(L)Da" lo que me pareció obvio que los 2 ahora son pareja.

Al principio lo tomé como un no me interesa lo que hagan esos 2(también adherí "que mal gusto de Daniel). Y seguí en otros asuntos. Luego de un tiempo se me ocurrió la ridícula idea de que Daniel lo hace para darme celos. Esta idea nace porque un amigo me dijo que lo haga para recuperar las cosas con Daniel. Mi racionalidad me dice que es absurdo y que es igual que ver elefantes blancos. Pero mi parte irracional me lleva a seguir pensando en ello, porque a la final no tendría sentido que los 2 estén juntos. Y así veo como mi mundo irreal regresa a nublar mi razón, porque solo ahí estoy disfrutando de estar fuera del closet.

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