jueves, 13 de junio de 2013

"ὁ βίος βραχὺς, ἡ δὲ τέχνη μακρὴ" frase griega. "La vida <es> corta, el saber extenso"

miércoles, 10 de abril de 2013

Falta de concordancia.

Según Aristóteles uno puede solo elegir los medios y no los fines. El fin va a ser siempre el mismo, de eso nadie lo duda se busca la eudaimonia(dicha o felicidad). Una decisión está bien tomada o e buena cuando la parte apetitiva del alma concuerda con la decisión práctica.

Al leer eso no pude recorder mi desprecio por mis actividades actuales. Mis decisiones siempre han tendido a lo práctico, todas son realizables pero no puedo dejar de sentir que mi querer está en desacuerdo. Hasta hace 30 minutos estaba convencido que tenía un problema con el fin. Creía que lo que me sucedía es que no tenía un fin claro de mi vida, como no lo tengo no me sentía agusto que mis acciones porque no sabía a donde me llevaban o mejor dicho no sabía si al lugar que me llevan me gusta. Cometía un error, el fin es claro quiero que mi vida sea dichosa. El problema está en el como llegar a eso. Darme cuenta del error solo me da el pie del problema.

Creo que me falta reconocer algunas cosas sobre mi. Que las tengo claras pero juego a lo contrario. Quisiera que lo práctico me sea lo apetecible en su totalidad, pero no lo es. Para demostrarlo es muy sencillo, no estoy contento con el tipo de vida "ideal" que estoy llevando. Por alguna razón la vida de convento me parece la mejor, pero cuanto más me acerco a ella peor me siento.


miércoles, 23 de enero de 2013

Pudo haber sido un hermoso cuento de hadas.

Hoy tuve mi primera cita formal. Fue un desastre.

Tuvo un inicio de cuento de hadas. Yo estaba en un colectivo y había un asiento libre junto a mi. En una parada subió un chico, al verlo pensé -Me encantaría que ese chico se siente junto a mi-. sucedió, se sento junto a mi, de lejos se veía que era un chico joven pero de cerca ya no me gustó tanto. Aun así intercambiamos miradas que decían un poco más. Él empezó a juntarse, rozando nuestros brazos, yo seguí el juego. Después de unos segundos ya era obvio que lo haciamos intencionadamente, era preciso entablar una conversación. Nos miramos un segundo, yo confirmé que no me gustaba pero era demasiado tarde, iniciamos la conversación. Saludamos, dijismos nuestros nombres, y luego un silencio incómodo, no había nada que decir. Rompiendo el hielo contamos un poco de nuestras vidas, informé que estaba próximo a bajarme así que decidímos intercambiar correos. Soy malo para conocer gente, se abría una oportunidad inesperada, eso no podía más que llevarme a estar alegre.

Al llegar a casa, a pesar de lo maravilloso de la historia empecé a perder el interés. Ni siqueira miré el papel donde había escrito su correo.


Él me escribió, no sabía si responderle o no. No sabía si tenía interés o no. Pero pensé que era una oportunidad, nunca había salido así con un chico. Así que respondí sin mucho interés. Él en su carta ponía de posdata que le parecía que yo era lindo, pero a mi no me pasaba lo mismo. Pero por mi cabeza pasaban ideas como: tú tampoco eres lindo, así que adáptate a lo que te toca.

Llegó el día del encuentro. Yo elegí el lugar y la hora, fue en un Starbucks, es un lugar ideal para ese tipo de encuentros (creo). Nos econtramos y se notaba que le incomodaba el lugar, a mi me incomodaba el encuentro. La conversación no fue nada fluida, me empezaba a aburrir y me vi obligado a llevar la situación. Detesto llevar la situación, porque nunca llego a ningún lado. Además cada vez tenía menos interés en él. Es muy pasivo, en el sentido que no le agrada mover nada a su alrededor, afirmó que prefiere y puede quedarse sentado imaginando antes que hacer cosas. A mi me gusta imaginar, pero también hacer. La gente que prefiere estar quieta me desagrada. En un momento determinado me pregunto si quería ir a un lugar un "poco más íntimo" y me negué rotundamente. Definitivamente no quería nada con él. Creo que fui muy directo, así que intenté disminuir el golpe diciendo que me gustaba ir despacio. Pero hubo más tensión, hablamos 4 horas. Y aunque decía cosas interesantes ninguna me movió hacia él. No se si desperdicié una oportunidad de disfrutar, pero no quería estar ahí. Quizá nunca esté apto para comenzar una relación. Me da pena por él, creo que se había ilusionado un poco y él quería que pase algo. Y creo que yo también.